martes, 23 de octubre de 2007

MARZO 20 - QUÉDATE

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Quédate, le dije
susurrándole al oído
brisa de hojas frescas y aroma
de anises estrellados.

Quédate, le dije
acariciándola
con música de viento y húmedas palabras;
quédate, mientras miraba
sus ojos tristes como otoños,
sus labios entreabiertos a punto de un gemido,
su boca,
inclinada para un beso.

Quédate, le dije
mostrándole las palmas de mis manos, abiertas
como un cielo en primavera,
quédate, mientras sentía
temblar sus ingles y sus brazos
rodeándome la nuca,
su pelo negro rozándome la frente.

Quédate, le dije,
y sentí un hachazo en el centro mismo de mi pecho,
una estocada seca y fría,
cuando supe, de repente, que ella era
solo un sueño
en un poema.


Enrique Ramos

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