martes, 23 de octubre de 2007

EPÍLOGO DE MARZO

MUSICA: BEETHOVEN, SONATA PARA PIANO Nº14 "CLARO DE LUNA", MOV 1, ADAGIO




"Pocas veces he sido tan hombre y tan humano
como cuando he llorado como un niño
sintiendo la alegría y la tristeza de tus versos"

Para Alejandro Salvador Sahoud, Poeta,
con mi aprecio y admiración.


En el invierno tocan a galerna
las campanas colgadas en el cielo:
negro luto de otoños viscerales
y verde primavera contristada;
suenan ecos de verdes desgarrados
y latidos de labios que laceran
con sus besos los labios que los rozan.
Tocan a muerto en el osario frío
de sus ojos de sierpe, traicioneros,
tocan a muerto en el calvario dulce
de su boca, y entierran soledades
en las palmas abiertas de tus manos,
en la sonrisa franca de tu rostro
y en el hueco profundo de tu lecho.
Te está llamando a gritos sin hablarte,
entre la niebla espesa te reclama:
la muerte está mirándote a los ojos,
y sonríes sintiendo su presencia,
como si ya la hubieras visto antes
arrancando las vísceras al tiempo
o degollando sombras a destajo;
como si ya supieras tu destino
en el infierno largo que te espera,
como si conocieras el instante
exacto de tu muerte, y no te importa
seguir amando en la existencia breve
que te queda, sentir en cada verso
la presencia insolente de la parca,
que se lleva de forma inevitable
este credo de marzo que se muere
con la llegada triste del invierno,
este credo de marzo que agoniza
regurgitando flores y hojas secas,
quemándose en el fuego del verano,
y llora sin consuelo cortándose las alas
con las yemas quebradas de los dedos.
Que la muerte te lleve, primavera,
que te lleve la muerte, y al invierno
le regale la sangre que te robe,
y al otoño, allá por otras tierras,
credos de marzo hondos, de mi pecho.


Enrique Ramos
Marzo de 2007

No hay comentarios: