sábado, 27 de diciembre de 2008

DESESPERADAMENTE

Si pudiera tocarte y si pudiera
acercar a mis labios tu sabor siempre dulce;
si pudiera tenerte entre mis dedos
y ceñir tu cintura con mis manos,
y sentir que estás dentro pero también afuera, con el aire,
envolviéndome en ti como mi sombra,
nutriéndote de mí, como tu sangre;
si pudiera beberte en cada trago
y saciarme de ti eternamente,
cerrar los ojos y sentirte siempre verdadera,
inconfundible, pura, cierta, clara;

si pudieras ser punto de partida,
y camino sin cruces
y destino seguro de mis pasos...

Te estoy buscando
desesperadamente,

felicidad.

.

viernes, 12 de diciembre de 2008

ENTRE LA BRUMA

Entre la bruma busco el aire puro
y la luz que perfecta te distinga.
Estoy buscando la caricia
del frío en mis pulmones o el calor
de tu sombra perdida entre mis brazos,
la humedad de tus ojos empapando mi mirada,
el perfil sinuoso de tus manos
transitando mi piel entre la niebla.
Busco el agua nadando en tu espesura,
la sal y la cayena,
busco el pan en el trigo de tu boca, el bebedizo
que en tus dientes de leche me alimente.

Perdida en mi silencio
te busco entre la bruma ...

jueves, 11 de diciembre de 2008

POÉTICA DEL ARREBATO - Ultraversal.com - ANTOLOGÍA

"Este libro es un perfecto ejemplo de cómo autores de diferentes etnias, nacionalidades, costumbres, educación y condiciones sociales pueden llegar, a través de un mismo idioma, a congeniar poética y humanamente desde su particular idiosincrasia. Está dirigido tanto a los lectores amantes de la poesía de nuestro tiempo como a los que se inician en cualquier camino literario, y también a los interesados en la riqueza léxica del español, a los traductores y a todos aquellos que deseen ampliar sus conocimientos sobre la enorme diversidad de idiomática de los países hispanoparlantes. Es una brillante alianza intercultural a través de la palabra como nexo artístico. Un libro de identificación y búsqueda, escrito para abrir puertas y ventanas emocionales de vital sugerencia en las paredes de cada intimidad."

La lista de autores que forman esta Antología representando a Ultraversal son:


1. Morgana de Palacios. España.

2. Alejandro Sahoud. Argentina.

3. Pastor J. Aguiar. (Alcibiades) - Cuba.

4. Luisa Arellano. (gaviota) - España.

5. Alex Augusto Cabrera - Perú.

6. Gerardo Campani. (Gerardo) - Argentina.

7. Enrico Espino. Venezuela.

8. Ana María Estepa Román (Ana Estepa) - España.

9. Isabel Esteve (Idella) - España.

10. Gloria G. Giravent (Tundra) - España.

11. Ronald Harris - Chile.

12. Silvia Hernando (333) - España.

13. Enrique Gutierrez Isoba (Hamal) - España.

14. José L. Lavilla (Aspideviper) - España.

15. Miguel Angel Palacios (Lumen) - España.

16. Daniel P. Ilardi (Admitteddan) - Argentina.

17. Enrique Ramos - España.

18. Isabel Reyes - España.

19. Héctor Reyes (H.A. Michi) - Honduras.

20. Silvio Manuel Rodríguez Carrillo (Dualidad101217) - Paraguay.

21. Ana Rodriguez Pizzi (Eva Lucía Armas) - Argentina.

22. Rosendo Antonio Rojas Betancourt (Antonio Rojas) - República Dominicana.

23. Enrique Sanmol - España.

24. Solange Schiaffino (italianita) - Chile.

25. Carlos Serra (Faón) - España.

26. Edwin Solano Reyes (Hermes) - República Dominicana.

27. David Uriarte - España.

28. Teresa Vento Mir (Gotinha) - España.

29. Alma Wichy - Argentina.

30. Jose L. J. Villena - España.


domingo, 9 de noviembre de 2008

MUJER DE LUZ

.
Oh! Cómo enamorarte,
mujer de luz en la penumbra triste
de mis días,
cómo encender la llama,
cómo avivar sedienta de mis labios
una sonrisa tuya, esclava, que perdure
en tu boca, en tus ojos y en tu pecho;
cómo sembrar amor entre tus dedos,
y en las palmas abiertas de tus manos
hallar el horizonte,
el rumbo que mi frente siga ciega
hasta encontrarte, eterna, para siempre.

Mujer de un sueño, cómo conocerte,
cómo descubrir nítida tu alma bajo el hielo,
tu corazón, bajo las aguas frías
de ese azul tan profundo en que te busco,
de ese mundo escondido en tus entrañas,
iceberg sumergido en lo más hondo
de un mar en que naufrago porque quiero,
sin dudarlo.

Dime, mujer de viento, dime cómo he de quererte,
y besarte en silencio cada noche
y abrazarte en silencio cada noche
y sentir en mis sienes tus caricias cada noche,
y en las mañanas frías tu calor
y tu luz de mujer,
enamorada.
.

viernes, 27 de junio de 2008

EL BESO




Le dije:
regálame poesía

y ella
hundió sus labios en mis labios
dulcemente.

Roja,
susurró,
es la sangre de mis versos,
como la que mana ahora de tu lengua.

Sacó algo de su boca
y limpió con un dedo su barbilla.


No pude nunca más
decirle nada.

ES



Es comisura abierta entre las sábanas,
fría luz encerrada entre las velas
de un barco en el que muero,
perdido antes de que el mar me engulla
en tu mirada, en tus ojos tristes;
es la luna quebrada en el cristal
redondo de tus pechos, es el grito
urgente de mi carne, es la llamada
ansiosa de tu vientre.

Es tierra seca, musgo, es agua tibia
que corre entre tus piernas y la sombra
ardiente de mis manos, soledad
colmada de suspiros y jadeos, que solloza
si siente que amanece entre tus brazos,

si siente
que se muere la noche y resucita
la mañana en lo oscuro de tu lecho.

Tu piel.

Ella es un pacto de tu mar secreta
con la playa desierta en que te sueño.

LUEGO, ME REMANSO



Por la mañana, cuando me despierto,
me despierto trigo recién granado:
enhiesto, roble, decidido,
con la cara llena de luz de luna.

Luego, me asombran esos árboles que crecen
rodeándome las piernas, espigados,
y dejan pasar la luz entre las ramas secas de mi otoño,
entre mi corazón bruñido y el borde de la hierba.
Crujen
bajo mis pies, como quejándose de un sino
que no les corresponde,
y se agitan, se retuercen, maldicen, mueren.
Me asombran esos árboles repletos de palabras como hombres
que acaban enredándose en mi pelo
y echando raíces profundas como simas.

Por la tarde, mi corazón se desaquella,
siento los ojos enrejados y el llanto sucumbido.
Se desvanecen poco a poco los recuerdos,
se alejan murmullando, poco a poco,
derriban a su paso la alambrada,
la arrancan de cuajo de la tierra...

Cuando llega la noche densa, opaca como un sueño,
las manos se me llenan de espinas y de sal,
de angustia y sangre,
y termino con los ojos comidos por los peces,
en el fango mis piernas amputadas,
y un deseo macabro de escarbarme, de horadar mi herida,
de saltar de nuevo al precipicio.

Luego, me remanso leyéndote,
reviviéndote, acompañándote, muriéndome.
Sé que un poco más allá,
en ese punto exacto del camino en la arboleda
en el que el pecho encuentra siempre todas las razones,
tus hojas cuelgan dulcemente de las ramas del quejigo
y tus labios impasibles apenas pueden escucharse:
suplican que olvidemos las preguntas,
porque ya no es necesaria una respuesta.
La suave brisa ha quebrado el frágil tronco,
hueco y carcomido,
y tu corazón no ha soportado la embestida.

Nunca la nube fue muralla para el viento,
ni una sonrisa muro, para la guadaña.

FUERON TRES

Fueron tres
pero tú sólo sentiste la primera:
un calor suave, al principio,
y luego una quemazón en el cuello,
como una brasa viva avanzando hacia la boca.
Más tarde, una sensación dulce de mareo
y una presión fuerte a la altura de la sien.

Después, en el suelo duro y frío, una voz
que te quería, diciéndote:

vas a salir de esta, vas a salir de esta...

y tú contestabas no , con la cabeza y con los ojos.


Fueron tres,
pero tú sólo sentiste la primera

bala en la nuca.

NO QUIERO MARZO

He querido buscar en estos días
los recuerdos hermosos de otro marzo,
pero mis ojos solo me devuelven
vacíos, oquedades, agujeros profundos como abismos
que quieren engullirme, que me muerden los pies
y tiran de mi cuerpo hacia una sima.

Y no encuentro un final que me consuele.

Hoy en mi tierra el aire sabe a cieno
y me llena la boca de tristeza. Ya no sopla
su viento en la montaña, ni se remansa el agua
en el contorno de su sombra y mía; no se templa
la mañana en sus manos, ni en mis ojos
anida la esperanza. El campo malherido
está sangrando a borbotones.

He querido creer que todo era solo un sueño,
una broma macabra de algún trasgo enfebrecido,
un juego tontamente planeado
por un dios loco, tristemente loco,
que no supo entender que con su juego nos mataba.
He querido soñar que todo era
una errata perdida en mi cuaderno,
un error, un fatal malentendido, y que marzo
volvería a llenarme las entrañas con sus versos.

El viento de febrero ha taladrado mi garganta:
enmudecido, sordo, ciego voy
vagando por mis ruinas, tapándome los huecos
que ha dejado en mi piel su calavera.
Si pudiera aventar de un manotazo
la tierra que le cubre, reventar la cadena que le ata
a la línea infinita de la muerte. Si pudiera buscarle
y liberar sus manos y su lengua, sus labios y sus versos,
si pudiera arrancarle los grilletes que le lastran,
le empujan al abismo,
le aferran al destierro y a la piedra callada,
a la noche maldita del silencio.

No quiero marzo: quiero que se vaya.
Que se caigan las hojas de los árboles
como lágrimas secas
y distantes, que cruja la madera
de sus heridas ramas, de sus raíces rotas
por el peso imponente de la tierra.
Que maduren las uvas con retraso,
que no quiero vendimia en este mes,
ni quiero el mosto amargo. Que no me traigan vino
que sangre se me vuelva en las entrañas,
que yo no quiero cata si no es él
mi compañero. Nunca sin su copa.

No quiero marzo: quiero en mi silencio,
en el silencio llaga de mi pecho
oír su voz serena, sentir en mis oídos su palabra,
su verso más humano.

El verso más humano.

DE LA NOCHE

A veces sólo quiero de la noche
que me muerda y me devore,
que se sacie de mi vientre y de mi pecho,
que se oscurezca con mi sombra y en su sombra
me cobije. Es tan larga algunas veces,
tan callada y tan siniestra,
que dudo en la penumbra de mis días
si es la noche, o es la muerte
que me llama.

Si supieras cómo ansío a veces
apagarme entre las luces de esos coches,
agazaparme entre la niebla y el olvido de la calle,
extinguirme
sin nombre, sin rostro, sin recuerdos,
tumbado en ese asfalto amenazante,
duro, mojado y frío,
y cubrir mi cuerpo con el barro y con la muerte...

LA CALLE

La calle presagiaba tu presencia
como presagia la tarde
la llegada de la noche en este invierno
seco y duro
de mis ojos. Ningún ruido,
ningún signo, solo quietud exasperante
y silencio,
silencio bronco en las esquinas,
silencio
que se afila en las manos
de un gato que maúlla entre dos coches,
a mi espalda.

Algo cruje tras de mí,
algo se agita,
me trepa y me atraviesa
mientras pienso, serenamente,
cuánto tiempo llevo aquí esperando
que tú llegues, y en el suelo
inerte me abandones.

La vida
es tan solo una calle fría
que hoy en mi pecho
se estremece.

INFINITA


Ayer
se estremecía la lluvia entre tus manos
y tus hojas caían en la sombra del otoño
estéril, desolado, de tus ojos en la noche;
arrastrabas umbríos pensamientos
como cadenas de un fantasma ajeno, y el calvario
en que anotabas cada día negro las afrentas
de un poeta en tu amor imaginado: cada cruz,
un nuevo estigma que en tu frente pura se marcaba
como un poema escrito con ponzoña
sobre la piel sedienta de tu rostro.

Pero hoy
la luz se ha derramado entre tus dedos
y has abierto tus ojos de Juno, acicalados:
la lluvia es incapaz de atravesarte la mirada
y no hay sonata triste que consiga
enturbiar la alegría de tus labios y aplacar,
ni siquiera un instante,
la fuerza incontenible de tus versos;
terminó la tormenta, y esa angustia,
ese miedo a volar sobre el abismo
que ayer te consumían,
hoy solo son recuerdos, nubes grises, pasajeras,
que el viento se ha llevado. Vuelve a sonar sereno
el sonido tranquilo de la lluvia, y en la calle,
lentamente, se acallan, sin remedio, los gritos
de esta noche infinita.

jueves, 21 de febrero de 2008

QUÉDATE

POEMA: QUÉDATE (ENRIQUE RAMOS)
MUSICA: J.S.BACH (Rostropovich) - SUITE Nº1 PARA VIOLONCELLO, SARABANDE.
FOTOGRAFÍA: E.RAMOS, "LUZ"





miércoles, 20 de febrero de 2008

ORACIÓN POR EL POETA ALEJANDRO SALVADOR SAHOUD (+18/2/08)









He mirado mis manos
y no puedo encontrar una respuesta.

Dime dónde, por qué,
dime cuál es la causa, la razón,
dime cuándo, si quieres no matarme
con esta incertidumbre que me asola,
con esta espera que macera tanto;
quiero saber por qué muerdes la herida,
por qué te empeñas en cavar profundas
llagas, por qué disfrutas horadando
allí donde más duele,
en lo más hondo.

(Quisiera naufragar en sus entrañas,
perderme, zozobrar en su silencio,
sentirme sangre fresca, aire puro,
un hálito de vida
y saliva en su boca de poeta.

Quisiera que apartaras tu mano de su rostro,
con tus ojos de muerte evitaras mirarle
y renunciaras a llevarte aquello
que no te pertenece,
que no te pertenece,

que no te pertenece).


Dime dónde, por qué,
dime cuál es la causa, la razón,
dime cuándo, mi Dios, o dime cómo.

Qué podemos hacer para tenerle.

SEGUIRIYAS





SEGUIRIYAS

Un taburete,
una guitarra
flamenca
sobre la pierna.

Ojos cerrados
en el abismo
de un grito
a palo seco
que cala el alma.



Abates el rostro
mirándote dentro,
abres los dedos y elevas la mano
buscando el lamento,

buscando los ayes,
buscando la burla
del abandono, del escalofrío
que apaga la duda.

El vino en tu boca
se sacia de azúcar;
tu sangre en la lengua empalidece
y siente la culpa

y apaga el calor
de los sofocones,
y enturbia la clara pasión y el amor
en los corazones.

En pozos airones
tus ojos se pierden
desaquellados; destilan la hiel
de pasados sones

como una guadaña
que corta la noche,
como una espada que saja el silencio
y mata con saña.