Un amigo me dijo,
devolviéndome el trozo de papel
en el que estaba escrita mi última creación:
“Enrique, este poema es una bomba”.
Yo le miré despacio,
leí de nuevo el texto,
y antes de darle una respuesta
conté hasta diez,
pero no pude.
Mi poema explotó
partiéndome la cara.
Un éxito rotundo.
.
martes, 2 de marzo de 2010
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