sábado, 7 de noviembre de 2009

BAJO LA OSCURIDAD

Bajo la oscuridad
los dedos se iluminan y las sábanas
se tiñen con el verde y el azul de las miradas,
difuminan los labios el rojo de los besos,
crecen los pechos de la noche
en las palmas abiertas de las manos,
y empieza entre las piernas
el temblor de la fiesta de la piel.

Bajo la oscuridad
también se esconden como criptas
algunos cuerpos que palpitan fríos,

como si no tuvieran corazón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa. Me quedo con la primera parte, no me permito encontrarme en la segunda...ya me ocurrió una vez.

Enrique Ramos Ledesma dijo...

Me alegro mucho de que te haya gustado el poema. Mejor vivir la primera parte que la segunda, sin duda, pero la vida tiene mucho de las dos, me parece.
Un saludo, y muchas gracias por tu visita.

Anónimo dijo...

Sí, la vida tiene mucho de las dos. No me expresé bien en el anterior comentario, claro que me he encontrado en la segunda parte y , sin duda, me seguiré encontrando, pero ahora ya no me permito permanecer mucho tiempo en ella.