sábado, 7 de noviembre de 2009

POEMA

No es que exista, quizás, el infinito,
es que no existe otra cosa en este mundo;
quizá me digas cielo, o mar, eclipse, o vendaval,
tormenta o luna llena, o piel, mirada o beso,
quizá me digas llanto o nacimiento, ocaso o alborada,
o quizá me digas otras cosas tan grandes que no quepan
en las yemas de los dedos o en la palma de una mano:
no serán más grandes, por más que lo proclames.
Al final,
a nuestro lado, todo, todo,
cualquier cosa es infinita,
¿o es que acaso no has mirado nunca al cielo y has contado
cuántos versos tiemblan entre tu boca
y la más cercana de las estrellas?

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