domingo, 22 de febrero de 2009

Y LUEGO ME DIRÁS...

Yo ya estoy viéndote venir
con el puño en los ojos, y en las manos
esa mirada con que llegas
cuando quieres matar
la noche a hachazos; sí, y esa sonrisa,
esa sonrisa tuya que tanto me regalas,
es para mí la risa de una hiena
que no duda en clavarme sus colmillos
entre un verso y un beso.

Yo ya estoy viéndote venir dispuesta
a romper en mi noche tu vigilia,
a trenzarme las venas en tu pelo,
a comerte a mordiscos
los sueños de un cordero degollado;
y luego volverás
a decirme de nuevo que lo hiciste por mí,
que no fue más que el justo sueño
de un hombre entreverado -medio amante,
medio bobo- que ha estado a punto de quemarse
en el fuego carnoso de tus labios,
y me dirás, lo sé,
manteniendo en tu boca ensangrentada la sonrisa,
aún me dirás mirando mis despojos

que goce sin temor del derechazo.

.

No hay comentarios: