Le abrí mi mano y ella
mordió mis dedos
ahuyentando mi amor con su ceguera.
Y hoy desea volver
escondiendo en su boca
sus dientes afilados, y olvidando
que ahora en mi recuerdo
aún vive la imagen de mi sangre
cayendo de sus labios.
.
domingo, 22 de febrero de 2009
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