sábado, 28 de febrero de 2009

FARSANTE

Nunca humilló un ciprés ante la muerte
su mirada, ni tú, mujer altiva,
doblegarás la espalda si tu suerte
es vivir a mi lado mientras viva.

Tendrás que digerirte en la saliva
que te tragues si intentas mantenerte
de pie bajo mi bota destructiva,
y siempre sentirás tu esfuerzo inerte.

Cuando notes la sangre coagulada
recorrer tus arterias y tus venas
y el olor de la parca en tu semblante,

sabrás que no acertaste en la jugada:
jamás podrás quitarte las cadenas
ni arrancarte la máscara, farsante.
.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay que doblegarse, hay que huir...de los farsantes.