Con mi dolor, en recuerdo de las víctimas del 11 de marzo, en Madrid.
No me esperes, madre.
No me esperes,
que hoy ya no volveré a casa
a la hora de comer.
Hoy, madre,
hoy he vivido en un minuto
la muerte de mis hijos,
la muerte de todos los hijos,
la muerte de todos los padres.
Hoy, porque sí, sin preguntar,
me ha llevado el silencio,
me ha sorprendido el estruendo
espeluznante y macabro
de mi vida volando por los aires.
Hoy ya no soy tu hijo, madre,
porque ellos lo quisieron;
hoy soy tus recuerdos de cuando era niño,
soy tu carne, tu sangre,
soy un cadáver en un reportaje,
un nombre en una lista
y una herida
en tus entrañas,
madre.
.
Enrique Ramos
viernes, 19 de octubre de 2007
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