domingo, 15 de mayo de 2011

ME DUELE TU NOMBRE



Sólo queda el silencio,
las pisadas del tiempo en mi corteza
y el murmullo del aire,
el olor de la lluvia en los bolsillos
y algún recuerdo vago
de aire puro y escarcha en los pulmones.

Solo queda a lo lejos
la letanía suave de las hojas
sobre los pies cansados del olmo que se muere,
solo quedan flotando las palabras
entre mis ramas secas,
cuando extiendo mis manos
y me duele tu nombre entre los dedos.

Solo quedan mi paz y mi mirada triste,
y el color apagado de la tarde
que atrapa con sus dientes la luz entre las sombras.

Se empequeñece el alma del parque junto al muro
y en el banco de hierro
desde el que me mirabas,

solo queda tu ausencia.

1 comentario:

Morgana de Palacios dijo...

Qué de tiempo, Enrique. Te acabo de descubrir por estos lares.
Ni siquiera puedo hacerme seguidora de este blog, cabrónidus.
Dale, da señales de vida que ya está bien, señoritoooooooooo

Un beso.