Un beso, una mirada, una caricia
y te agarras quemándote a mis venas,
mi corazón sujetas con cadenas
y conviertes tu amor en vitalicia
obsesión por tenerme; en la ficticia
creencia de que preso me condenas,
con milongas y cantos de sirenas
pretendes convencerme. Qué fenicia.
Luego un gesto, un error, un simple roce,
cualquier motivo es bueno para herirte
y provocar el trueno y el naufragio.
Es tan frágil tu amor, tan breve el goce,
tan esclavo, que tengo que decirte
mi amor, que no es amor, sino un mal plagio.
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domingo, 22 de febrero de 2009
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1 comentario:
Me reafirmo en el comentario anterior, se ama con confianza y libertad, eso es amar sano.
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