sábado, 28 de febrero de 2009

SI ME EXTIENDES TU MANO

Si me extiendes tu mano, la atesoro entre mis dedos,
y si besas mis labios dulcemente me deshago.
Nunca pienses que soy como esos hombres con enredos
que prometen la luna si se tercia y luego impago.

Más bien soy de la casta de los hombres que sin miedos
se lanzan al vacío de otros brazos y me embriago
cuando bebo tu piel: ni cañonazos, ni torpedos,
ni quemo leña verde -ni la enciendo- en este trago.

Te quiero con locura, y con la frente levantada
puedo decirte siempre sin temor a confundirme
que te daré mi amor hasta la tumba, y bajo tierra
seguirá mi cadáver anhelando tu mirada:
ni muerto dejaré de suplicarte con voz firme
tu amor; morir sin ti es un infierno que me aterra.
.

FARSANTE

Nunca humilló un ciprés ante la muerte
su mirada, ni tú, mujer altiva,
doblegarás la espalda si tu suerte
es vivir a mi lado mientras viva.

Tendrás que digerirte en la saliva
que te tragues si intentas mantenerte
de pie bajo mi bota destructiva,
y siempre sentirás tu esfuerzo inerte.

Cuando notes la sangre coagulada
recorrer tus arterias y tus venas
y el olor de la parca en tu semblante,

sabrás que no acertaste en la jugada:
jamás podrás quitarte las cadenas
ni arrancarte la máscara, farsante.
.

DESIDERATA

Se apagarán las luces y las sombras
recorrerán mi piel en el camino,
y la muerte abrirá junto al espino
sus redentoras fauces si la nombras:

oquedad en tu pecho en la que escombras
tu vida, mi pasado y mi destino
mientras ves impasible cómo inclino
mi cabeza ante ti, y no te asombras.

Dejaré que mi cuello se doblegue
y llorarás mi ausencia de rodillas
cuando oigas caer sobre mi tumba

la tierra que me guarde. Y cuando llegue
tu hora, sentiré cómo te humillas
tragándote el dolor que te derrumba.
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domingo, 22 de febrero de 2009

LA SED

la sed

la sed es turbia arena en la garganta
es tierra seca y sal
y calavera

es cielo azul y sol
y sombra calcinada por el viento
es cauce abandonado y es hoja quebradiza
es vacío en las venas
es un trago de mar en las entrañas

la sed es cicatriz en la corteza de un árbol muerto
es un lamento mudo sin saliva
el grito de una lengua de cartón
y el beso de una boca de madera

la sed
son los ojos enormes
de ese niño con moscas en los labios
llorando para adentro

.

OTRO SONETO

El amor es un campo de batalla
en el que siempre pierdo la contienda
a pesar de que arrastre la leyenda
de que soy tan truhán como canalla.

Me ha herido tantas veces la metralla,
ha sido tan rotunda y tan tremenda
la forma de perder así la rienda
de mi vida, tan cruda la cizalla...

Hoy tu mano se funde entre mis dedos
y a tus labios me entrego con locura
para olvidar al hombre fracasado;

pero no sé seguro hasta qué grado
borrarás mis estigmas y la dura
falta de amor que vivo por mis miedos.

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SONETO ENCADENADO

Un beso, una mirada, una caricia
y te agarras quemándote a mis venas,
mi corazón sujetas con cadenas
y conviertes tu amor en vitalicia

obsesión por tenerme; en la ficticia
creencia de que preso me condenas,
con milongas y cantos de sirenas
pretendes convencerme. Qué fenicia.

Luego un gesto, un error, un simple roce,
cualquier motivo es bueno para herirte
y provocar el trueno y el naufragio.

Es tan frágil tu amor, tan breve el goce,
tan esclavo, que tengo que decirte
mi amor, que no es amor, sino un mal plagio.

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PORQUE TUS OJOS

porque tus ojos

miraban al vacío
como mira la rosa al jardinero
cuando en sus manos
vislumbra la navaja

y tiritabas

.

SI NO MIRAS MIS OJOS

Nunca hallarás el centro.
Mi silencio te hiela
y las velas oscuras de tu barco
rielan cuando musitas
mi nombre en lontananza.

Si no miras mis ojos
jamás alcanzarás el horizonte.

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LE ABRI LA MANO

Le abrí mi mano y ella
mordió mis dedos
ahuyentando mi amor con su ceguera.

Y hoy desea volver
escondiendo en su boca
sus dientes afilados, y olvidando
que ahora en mi recuerdo
aún vive la imagen de mi sangre

cayendo de sus labios.

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SI PUDIERA

Si pudiera curarme de mi mismo
y romper las mil caras de mi rostro
en todos los espejos, si pudiera
abrasar mi mirada en todas las hogueras
y regresar a mí
con la paz en las manos y en la boca
la palabra templada, el verbo justo,
los besos necesarios.

Si pudiera elegir entre todos mis yos
a ese hombre distinto con que sueño
en las mañanas tristes de mis noches,
y en las noches aciagas de mis días
disolverme en lo oscuro de la boca
y vomitarme piedra,
luz, oquedad y aire.

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Y LUEGO ME DIRÁS...

Yo ya estoy viéndote venir
con el puño en los ojos, y en las manos
esa mirada con que llegas
cuando quieres matar
la noche a hachazos; sí, y esa sonrisa,
esa sonrisa tuya que tanto me regalas,
es para mí la risa de una hiena
que no duda en clavarme sus colmillos
entre un verso y un beso.

Yo ya estoy viéndote venir dispuesta
a romper en mi noche tu vigilia,
a trenzarme las venas en tu pelo,
a comerte a mordiscos
los sueños de un cordero degollado;
y luego volverás
a decirme de nuevo que lo hiciste por mí,
que no fue más que el justo sueño
de un hombre entreverado -medio amante,
medio bobo- que ha estado a punto de quemarse
en el fuego carnoso de tus labios,
y me dirás, lo sé,
manteniendo en tu boca ensangrentada la sonrisa,
aún me dirás mirando mis despojos

que goce sin temor del derechazo.

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A VECES ME DESCUBRO

A veces me descubro,
me miro y me devoro
como una fiera hambrienta de mí mismo
que busca en mis entrañas
la huella que le lleve a hallar mi paradero;
mas solo encuentro, muerta,
la sombra de mi sombra
y un rostro avejentado que me mira
con una mueca triste
que me muestra, insolente,
el amargo camino que me aguarda.

Si pudiera la bestia desgarrarme,
si pudiera trizar mi calavera
y limpiar con sus dientes
mi vientre de ponzoña,
si pudiera tragarse tanta bilis,
tanta muerte sin fin y tanto miedo, y si pudiera
del polvo de mis huesos hacer un hombre nuevo...

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GRITO Y SUSPIRO

Me despega del suelo, me aviva y me golpea,
me pisa cuando quiere y me empuja a volar
como un ave sin alas, sin ojos ni horizonte,
que no distingue bien si surca el cielo
o se abisma en un pozo imaginario;

arranca con los dientes una flor
llena de espinas
y luego me la ofrece bañada en miel y mar,
dulce y mojada como un beso;
me acaricia rozando con su lengua
las palabras
y despierta deseos en mi piel
con esa voz cuajada de invierno poemario
que me apresa.

Ella puede ser seda y piedra pómez,
tela y araña,
el diente ensangrentado de una sierra
y de la vela tierna parafina;
es yegua mansa y uña encarnizada de felino,
fusta y espuela:
es escudo y espada.

Me despierta del sórdido letargo
con sus versos de nieve entre los dedos
y a fuego lento me enamora;
ella es pubis sediento y es calvario,
cadera que en su lecho me estremece
y pecho de mi boca amamantada,
es suspiro y es grito,
jadeo en el silencio de mis noches,

orgasmo de la luz en la mañana.
.

LUZ Y CRISTAL

No es osario tu piel de luna clara:
es refugio perenne de mis manos,
enredadera eterna de mis dedos;
es catarata, lago transparente
y torrentera,
es remanso en el río que me arrastra,
es fuego y hielo;
es sed y es agua tibia,
es aire que me envuelve y llama que me quema:
tu piel morena es luz
y cristal donde miro tu reflejo.

Si has cerrado la puerta a la cordura
y esa paloma joven en tus versos ya no vuela
porque tiene las alas cercenadas,
mírate dentro, escarba
entre las piedras sordas de tu pecho,
busca en tu piel de luna,
desplumada, y verás
que en ella nacen todas tus preguntas
y en ella se hallan todas
mis respuestas.
.